jueves, 22 de enero de 2015

Perro: Domesticacion del lobo






Hace miles de años, nuestros antepasados comenzaron a aceptar la compañía de lobos, posiblemente ejemplares que merodeaban por sus asentamientos, atraídos por los restos de comida o la curiosidad. La unión entre especies cuajó y ambas partes debieron de encontrar ventajas en su amistad. Los humanos dieron con un buen vigilante o un compañero de caza, mientras que los cánidos se desprendían de su fiereza a cambio de un sustento más fácil. Así, de esos lobos «mansos» surgieron los primeros perros, que con el tiempo hemos convertido en un extensísimo ramillete de razas, con variedad de tamaños, colores y caracteres prácticamente al gusto de cada dueño. Pero dónde y cuándo la bestia de los bosques se convirtió en nuestro mejor amigo todavía es un punto sin aclarar. Hasta ahora, se creía que ese proceso había ocurrido originalmente en las comunidades agrícolas de Oriente Medio, pero una nueva investigación genética, en la que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científica.


Inteligencia primate: Aprendizaje por imitacion






Aprender conductas asociadas a convenciones sociales son conocimientos de especial relevancia para los primates humanos y no-humanos. Además, imitar fielmente permite que cualquier innovación se difunda rápidamente por una población como lo pólvora. La emulación es un proceso más lento aunque puede ser una estrategia más adecuada que la imitación en determinados contextos. Por ejemplo, cuando las relaciones causales son manifiestas, la emulación es mejor porque ofrece mayor flexibilidad y plasticidad. Por el contrario, la imitación es más eficiente cuando dichas relaciones causales no son fácilmente percibidas y son difíciles de deducir. A medida que avanza la vida, los seres humanos, abandonamos estrategias de imitación para usar otras de carácter más emulativo.